viernes, 29 de abril de 2011

DIARIO DE "A BORDO"

LA BOCA DEL LOBO. MADRID            23 de abril de 2011

Hey Folks!!

Al fin llegó el momento. Tanto tiempo hablando de la boca del lobo que parecía que no iba a llegar nunca.

Son las 5:00 de la mañana y comienza la aventura. Arriba, desayuno, equipaje, cepillado de dientes y danzando pal caño de la negra. A las 6:00 llegan Peter y Velarde, puntuales... pensé que habría que esperar algo, pero no.... Todos al coche y en busca de Kino, el cual tampoco se hace esperar... cual prostituta de bario nos espera en la esquina dispuesto a todo. Pensé que tardaríamos al menos una hora en salir hasta que todos se montaran en el vehículo, pero salió todo bien y comenzamos el viaje con tiempo a nuestro favor.

Teníamos que estar a las 11:00 de la mañana como muy tarde en Duque de Sesto, al lado de la calle Alcalá, para la reunión de la OFRA que teníamos Peter y yo. Pero a la hora que estábamos puestos en viaje, y sin tener que parar a echar gasolina, íbamos muy bien de tiempo.

Casi hacemos el viaje del tirón, escuchando los programas de historia de “La Rosa de los Vientos” y nos empapamos bien de Leonardo Da Vinci: que la Gioconda existió, los piques que tenía con un tal Miguel Angel y más cosas íntimas que no puedo contar...

Barruntando lo que al final de la jornada sería el tema de conversación, Kino no hacía más que pegar cabezazos, entre la oscuridad y la suave voz de Juan Antonio Cebrián, así que paramos casi llegando a Madrid a desayunar un café con porras y unas tostadas con colacao. Más frescos, salimos y ya no paramos hasta llegar.

Una vez en Duque de Sesto, vamos a tomar otro café a un desafortunado bar de esquina con la calle Alcalá, que por no tener un mantenimiento adecuado (agua en las cisternas) se quedó con un pequeño, o mejor dicho, gran regalo extremeño por parte de nuestro amigo Velarde, que venía fabricándolo con cariño desde Almendralejo y que acabó de manufacturar con la tostada de mermelada del camino... de todos modos, el agua no se lo habría llevado. Buenos días Madrid!!

Comienza la reunión de la OFRA y dejamos a los aventureros Kino y Velarde sueltos por la calle Alcalá en dirección a La boca del Lobo, inexplicablemente tardan una hora y media en recorrer un camino de quince minutos, pero en fin, esto es Madrid. Lo mejor es lo nuestro, que escuchamos un monólogo de dos horas y cuarto en el que yo escuchaba y Peter transcribía. Al menos él estaba ocupado y no le entraba sueño, yo me acordaba de los cabezazos de Kino...

Acabamos y vamos en busca de los aventureros. Cogemos el coche y ponemos rumbo al Hotel Inglés. El nombre del hotel me imagino que es ese, ya que la falta de la tilde me hacía pensar que podía llamarse Hotel Las Ingles, pero no... Tenemos parking, bastante alejado de La boca del Lobo (unos tres metros), así que iniciamos la caminata para ver el cartel... salimos, pero en letrillas negras, mientras otros salen en letracas rojas... dentro de un año ya veremos!.

Más inexplicable que la tardanza de Kino y Velarde es la llegada de la furgoneta con el instrumental y el equipo fan de Hey Folks, que tardan unas seis horas en llegar porque ese navegador que habla al estilo andaluz les dice: ¡cuidao con la obra! y les mete por no sé qué autopista... Vamos, que llegamos Peter y yo al hotel antes que ellos.

Dejan los coches en un parking cercano, y nos preparamos para ir a comer. Cuando estamos todos, vamos Juanlu y yo a por la furgo al parking para meterla en el garaje del hotel e irnos a comer. La mala suerte se ceba con nosotros, y después de sacar el coche para recorrer los escasos 300 metros hasta el hotel,  se para una furgoneta del Samur en un callejón, taponándonos el paso y tarda media hora en atender a un paciente. Ahora somos nosotros los que “inexplicablemente” tardamos tres cuartos de hora en recorrer un camino de cinco minutos. Los demás se jartan de esperar y se piran para Sol. Al final, se apiadan y nos esperan en Sol, aunque algunos pretendían irse a comer esperando que encontraríamos sin problemas el Wok a 1.500 metros que habían elegido pa comer. No ves que tenemos olfato de sabueso?

La comida bastante bien. Compensa el esfuerzo (o mejor dicho, palizón) de llegar hasta allí, sobre todo pasando delante de unos quinientos establecimientos de comida rápida, lenta y semirápida... En lo que tardamos en llegar, ya habría comido cuatro veces... Una vez allí, el problema es encontrar mesa para catorce personas, así que tuvimos que dividirnos... La comida bien, y el paseo de vuelta también... café en la carrera de San Jerónimo y al hotel a echarnos una peazo siesta de diez minutos. Velarde, Kino y Peter prefirieron una siesta un poco más larga y sacrificaron el café.

Siesta, y antes de que guiñe el ojo: arriba. Kino me hace cosquillas en la oreja... sigue, sigue... ¡Qué coño!, levanta, que hay que montar el escenario...

            Viene Paco, nos abre la puerta del garito y comienza la aventura extremeña. Paco se pensaba que venía un cantautor con guitarra y voz... pero lo mejor de todo es el Raider del que “se encargó” Juanlu... lo digo con cariño, jeje, un poco más y tenemos un problema... menos mal que supimos estar a la altura y no protestar, porque el técnico parecía venir de malas pulgas y casi se caga en los pantalones cuando vio tanto instrumento. Tampoco podíamos protestar, porque no avisamos de los 300 instrumentos que llevamos...
            Solucionado el problema técnico, montamos todo y probamos sonido, aunque con un solo micro de voz.

            Bien, bien... tenemos el tiempo justo para pegarnos una ducha. Juanlu se encargó de que tuviéramos el hotel a una distancia que si dijéramos que está “a tiro de piedra”, exageraría..., más bien está a la distancia de un gargajo... Gracias a eso nos podemos relajar (unos 3 minutos) y pegarnos una ducha, cambiarnos la ropa y a tocar....

            Después de duchaditos nos metemos en “la boca” y comienza el espectáculo. Nuestr@s fans de siempre están, como no, en primera línea... y unos cuantos rezagados después... más adelante se irá animando la cosa.

        
       Al principio no estamos muy finos, no sé si por los nervios o por que no nos escuchamos en absoluto, pero poco a poco el amigo Paco va poniendo todo en orden... y tema tras tema, al fin llegó el momento cumbre, ese por el cual recordaremos éste día, el temazo del siglo... la revelación musical del momento... el no va más: ¡el Udu song! Momento pletórico de nuestro amigo Peter que parecía tocar mientras metía los dedos del pie en un enchufe de 25 amperios... Lo malo es que ese momento quedó para siempre inmortalizado en el pedazo de móvil/cámara del amigo Carlos... habrá que tener cuidado para que Peter no se haga con él y lo destruya... Eso nos puede pasar a cualquiera, de hecho, seguro que tarde o temprano todos pasamos por ese trago.... aunque por ahora, ha sido Peter el que ha inaugurado lo que a partir de ahora llamaré: “momento tierra trágame”... jeje, también lo digo con cariño...Tendrás que ver el video para saber de qué estoy hablando... y no sé si me dejarán colgarlo...

            
 Bueno, pues al final, como viene siendo habitual, la segunda mitad del concierto es más alegre y mejor, atrae más al público y es más bailonga... y una vez hecho el repertorio, presentado al grupo y despedido al público, se acabó lo que se daba. Como los buenos equipos de futbol, salimos a jugar fuera de casa, pero fue determinante el apoyo de la afición que viajó para vernos: Carlos, Majose, Vanesa, Beatriz, Mario Cano y la pareja Huido-Nuria... aunque el partido se resolvió con empate... ni ganamos ni perdimos, pero la experiencia ahí la tenemos. Económicamente no se puede decir que sea rentable, pero aunque solo sea por el fin de semana que hemos tenido y por conocer a “esejambo” ha merecido la pena...

            Llegó la hora de recoger todo y llevarlo a la furgo de Carlos, y como no, comenzar nuestra noche en la movida madrileña. Salimos, cenamos algo, nos tomamos unas cervezas y unos tequilas en un garito cercano y sobre las cuatro de la mañana vamos de recogida, eso sí, Mario pregunta: ¿nos tomamos la última en “La boca del lobo”?, y como negarse sabiendo que nuestra amiga Amanda Martín estaba en la barra, una charla, el facebook y unos comentarios entre nosotros que no puedo concretar por no acordarme muy bien acerca de la bonita camarera, jeje... Peter y yo nos la disputamos, imaginativamente hablando... Y acto seguido, a la cama... quiero decir que nosotros nos fuimos a la cama, Amanda siguió trabajando... El amigo Velarde se fue un poco antes a dormir, añorando a Nuria que no pudo venir, y poco después nos fuimos nosotros.

            Y por fin llegó el momento climax del fin de semana, el momento “no me lo puedo creer...”. Este momento, conjuntamente con el momento “tierra trágame” del cual os hablé antes, han hecho que este viaje no tenga precio... estas son las cosas que no se pueden pagar con dinero, literalmente hablando, ya que palmamos unos 200,00 euros aproximadamente en nuestro periplo madrileño, y no teníamos más pasta... Este momento llegó cuando ya relajados y en pantalón corto (calzoncillos), nos sentamos Kino, Peter y yo en la cama de Kino para devorar los filetes empanaos de la madre de Peter (que bien cocina, señora...!), y la tortilla de patatas... El momento es el siguiente:

            Los tres sentados en la cama cenando, acabamos los filetes y gran parte de la tortilla mientras comentamos las jugadas del concierto... entonces, una vez hemos terminado, nos despedimos hasta mañana para irnos a dormir, y de pronto.... peter se va a su cama (a unos dos metros) y yo a la mía (a un metro y medio) mientras Kino apaga la luz, y deambulando nosotros en busca de nuestra cama a oscuras, no hago más que tocar las sábanas cuando suena un estruendo de tipo ronquido brutal, algo así como cuando un león acaba de hacer presa... Pero, ¿cómo es posible?... ¡si no ha acabado de decir buenas noches! Y ya está roncando!!!. No exagero, la secuencia fue la siguiente:

            Martín:             Buenas noches Peter...
            Peter:             Hasta mañana Martín...
            Kino:               Chicos, hasta mañaaaaaaaaaaaaaarrrrrrrrrgggg!!!!!!

            ¡No me lo puedo creer! ¡¡Qué facilidad tiene para quedarse dormido!! Seguro que muchas noches se queda dormido antes de quitarse los calcetines... y desde entonces, el viaje de vuelta no es el mismo... a cada momento recordamos lo que pasó, aunque a Kino no le hace mucha gracia, pero sabe que lo decimos sin guasssaaaaaaaaarrrgggg!!!!    Perdón...
           
            Yo le llamaría “momento Homer”, aunque ya está bautizado... ¿quién será el protagonista de estos momentos la próxima salida...? No sabemos, pero lo que sí sabemos es que debemos estar alerta, porque lo cierto es que cuando a uno le ocurra esto, sabrá que los demás estarán al acecho para sacar todo el jugo a ese momento y restregárselo en la cara por todo el viaje de vuelta... ya os contaré el próximo viaje, heyfolkeros...!!

            Gracias por venir... hasta el próximo!!!